Me desperezo lentamente,
estirándome hasta tocar el cabecero de la cama con las puntas de los
dedos. Miro a mi izquierda y veo a Jenni roncando fuertemente. Aún
es muy temprano para que empiecen las clases, pero ya no voy a
conseguir dormirme, así que decido salir a dar una vuelta por el
bosque.
Tras ponerme la ropa, me
imagino el sendero por el que varias veces he paseado con Paul y me
transporto. Un aire húmedo me envuelve como un frío abrazo, y
tiemblo de pies a cabeza. Camino lentamente, fijándome en todos los
detalles que contiene este bosque. Las hojas verdes de los árboles,
algunas de las pocas flores que hay en el suelo marchitándose con la
cercanía del calor del verano... Recuerdo cada sensación de la
noche anterior, cómo Paul intentó besarme, Linsay y sus mortales
incisivos... Paul. Ese chico es tan... ¿irresistible? ¿interesante?
¿atrayente? No lo sé, ya no lo sé. Antes de llegar aquí, no podía
evitar seguir pensando en Peter, ya que durante casi un año había
sido mi novio, y su engaño con mi mejor amiga me ha hecho mucho
daño. Pero cuando vine aquí, a rehacer completamente mi vida, y vi
a Jake y a Paul... pues vaya, en Miami nunca conocí a ningún chico
como ellos. ¿Será porque son de mi.... especie?
Oigo unas pisadas detrás de
mí, y me giro con los músculos tensos. Miro a todos lados, entre
los arbustos y los árboles jóvenes, pero no veo a nadie. Decido
hacer caso omiso a las pisadas, y sigo caminando.
Aún sigo sin saber cómo
hacerme invisible, creo que se lo preguntaré a Stephie. Vuelvo a oír
las pisadas, y esta vez suenan más cerca de mí. Me giro lentamente,
y me encuentro cara a cara con Jake:
-¡Jake! ¡Me has
asustado!-exclamo-.
-Lo siento, he venido a avisarte.
-¿De qué?-pregunto, arqueando
una ceja-.
-De que tienes que volver al
orfanato. “La Sidney” va a hacer una revisión.
-¿Eso que es?
-Revisión de nenders. Vamos.
Mientras pongo cara de horror,
Jake me coge de la mano y nos transportamos al segundo piso:
-Ponte el pijama de cuadros,
rápido, Jen te dará el resto de las instrucciones.
Entro rápidamente en la
habitación 99 y me encuentro a Jen andando de un lado para otro de
la sala, tirándose de los pelos y susurrándose a sí misma. No le
hago caso y me pongo el pijama de cuadros lo más deprisa que puedo.
Al terminar, me acerco a la chica y le zarandeo nerviosa:
-¡Dame las instrucciones!
-Compórtate como los otros niños
del orfanato. Cuando leíste la primera página del diario del
protector, entraron en un trance, por eso ahora todos los días
siguen la misma rutina, excepto nosotros, ya que a los nenders no les
hace efecto el trance.
-Está bien.
-Ten cuidado, y suerte.
-Igualmente.
Salimos andando acompasadamente
de la habitación. Jen ya tiene experiencia, ya que al parecer no es
la primera revisión que hace “La Sidney”. Me indica con la
mirada que la siga hasta el vestíbulo. Allí se han formado unas
largas filas de niños y adolescentes. Cuando me fijo bien en ellas,
descubro que va por edades, así que me coloco detrás de Jennifer en
la fila femenina de 17 años.
Las otras chicas miran
fijamente al frente, y apenas parpadean. Intento imitarlas mientras
“La Sidney”se pasea entre las filas de adolescentes. Cada vez
está más cerca de nuestra fila, y al mismo tiempo que ella se
acerca, mi adrenalina aumenta. Sé que si descubre a un nender, lo
matará sin miramientos.
“La Sidney” llega a nuestra
fila y mira a cada una de las chicas fijamente a los ojos. Les
levanta los brazos y los suelta, y éstos caen lacios a los costados
de sus cuerpos. Vale, lacia, el cuerpo lacio. “La Sidney” sigue
avanzando por nuestra fila y llega a Jennifer. La chica no se mueve y
se comporta como las demás. Brazos lacios, cuerpo lacio. “La
Sidney” se acerca tanto a la cara de Jen que le echa el aliento en
la cara, y siento cómo la chica se estremece. Me da miedo de que la
hayan descubierto, pero por suerte, “La Sidney” deja de mirarle y
viene hacia mí. Intento colocarme recta, ojos abiertos y los brazos
totalmente lacios. “La Sidney” se acerca a mí y me coge el pelo,
lo suelta, hace lo mismo con los brazos, y luego se acerca a mi cara,
me sopla, lo que hace que automáticamente mis ojos parpadeen varias
veces seguidas. “La Sidney” me mira a los ojos y no puedo evitar
tener miedo:
-Vaya, vaya, veo que aún siendo
nueva has entrado en el trance. Aunque no puedas escucharme, tienes
mucha suerte de no ser nender, sino ya estarías muerta.
Me estremezco de pies a cabeza
y respiro entrecortadamente, pero por suerte “La Sidney” ya está
detrás mía, y por el rabillo del ojo, veo cómo observa a Stephie y
Mery.
***
La revisión terminó hace
rato y luego tuvimos que ir a clase. Ahora que “La Sidney” está
alerta, estamos obligados a comportarnos como si estuviéramos en
trance. Acabamos de entrar a nuestra habitación después de las
clases, y veo cómo Jenni vuelve a andar de un lado para otro de la
habitación tirándose de los pelos:
-Tienes que seguir leyendo el
diario-me dice quedándose quieta al lado de mi cama-.
-¿Por qué? Se supone que todo lo
que voy a leer se va a cumplir, y me habéis dicho que todo lo que
cuenta el diario es malo.
-Una vez que lo has empezado,
tienes que terminarlo. Es así.
-¿Y por qué cuando vosotros lo
leísteis no se cumplió?
-De eso no tenemos ni idea.
-Tenemos que hacer una reunión, y
Paul tiene que venir-trago saliva mientras recuerdo cómo intentó
besarme la noche anterior-.
-¿Qué dices? ¡Paul y Jake no
pueden estar en la misma habitación!
-¡Todos somos nenders y tenemos
que hacer lo que tengamos que hacer juntos!
-¡Es imposible!
-¡Pues se van a joder porque lo
van a hacer!
Salgo de la habitación con un
portazo y decido subir al tercer piso. Me asomo por la puerta del
“instituto-colegio” y veo que ahora están dando clases los niños
pequeños. Verlos hace que me arrepienta de haber empezado a leer el
diario, pero ya no puedo echarme atrás. Aparto la vista de los niños
y bajo al vestíbulo. Está casi vacío, excepto por el chófer, como
siempre desde que nos descubrieron a Paul y a mí en el bosque, y
unos cuantos adolescentes que también vigilan la entrada. Recuerdo
que están en trance y siguen las órdenes de “La Sidney”, así
que me olvido de ellos y subo al tercer piso de nuevo. Creo que voy a
transportarme a la sala de reunión. Pienso en ella, en el olor a
madera, el tacto de la alfombra del suelo... la misma masa de siempre
me rodea violentamente, y me transporto a la sala de reunión. Abro
los ojos y para mi sorpresa, me encuentro a Paul leyendo un libro:
-¡Me has asustado!-exclama
colocándose en pie y soltando el libro-.
-Lo siento, pensaba que la sala de
reunión estaba vacía.
-No pasa nada-responde cogiendo su
libro-. Ya me iba.
-¡Espera!-grito-.
Creo que ha llegado la hora de
hablar de lo que pasó ayer:
-¿Me vas a regañar por lo de
ayer, verdad?-pregunta, despeinándose-.
-No te voy a regañar, sólo
quiero hablar de ello.
-Adelante-dice, volviéndose a
sentar-.
Me siento frente a él y,
nerviosa, me aclaro la garganta-.
-No estoy enfadada contigo.
-¿En serio?-pregunta, levantando
la mirada-.
-Sí... no me voy a enfadar
contigo por eso. Somos amigos, pero...
-Apenas nos conocemos... ¿por eso
te apartaste?-dice, mirándome fijamente a los ojos-.
-No lo sé... fue automático...
-Eres fuerte por fuera, pero
insegura por dentro-responde-. Hablaremos en otro momento, “La
Sidney” nos ha dado a mi compañero de habitación y a mí la orden
de vigilar las duchas.
-¿Cómo lo sabes?
-Ha venido ella misma a decírnoslo
a nuestra habitación. Recuerda que se supone que estamos en trance-y
desaparece-.
Me quedo sola en mitad de la
habitación. Paul tiene razón, soy muy insegura, o lo he empezado a
ser tras la muerte de mis padres. Me quito ese pensamiento de la
cabeza y me transporto a mi habitación. Cuanto estoy allí, Jenni me
mira enfurecida mientras se sienta en su cama:
-¿Vas a estar de morros todo el
día?-le pregunto-.
-Llegas a transportarte aquí hace
un minuto y “La Sidney” te mata aquí mismo.
-¿Ha venido?
-Sí, tenemos que vigilar la
entrada del “instituto-colegio”. Por cierto, ¿dónde
estabas?-añade curiosa-.
-Con Paul-respondo sentándome a
su lado-.
-¿Qué?
Sin más miramientos, le cuento
todo lo que pasó la noche anterior a Jenni, cómo conocí a Linsay,
cómo Paul me invitó al cine, cómo intentó besarme...:
-Osea, que le gustas-dice Jenni
haciendo rulos con un mechón de su pelo cuando termino de contarle
la historia-.
-No lo sé-respondo-.
-Vamos, tía, está claro. Acepta
ir al cine contigo cuando desde siempre ha sido muy reservado y
siempre iba solo hasta que llegaste. Los únicos amigos que ha tenido
aquí hemos sido nosotros, y cuando se peleó con Paul, pues se quedó
solo, hasta que llegaste tú.
-¿Verdaderamente Jake y Paul se
pelearon por Mery?
-No.....
-¿Qué?
-No se pelearon por eso.
-Osea, que todos me habéis
mentido.
-Después de su pelea, decidimos
contar eso en su lugar.
-¿Y qué es lo que pasó
realmente?
-Bueno, ya sabes que existen otras
criaturas además de nosotros, como los vampiros, como Linsay, que va
al instituto subterráneo de vampiros ¿no? Pues aparte de los
vampiros, existen los hombres lobo, los fantasmas y los brujos. Todos
ellos viven bajo tierra, pero parte de ese mundo está en el mundo de
los humanos.
-¿Cómo?
-Nosotros y muchos más somos
nenders, pero, obviamente, provenimos de la Tierra, ya que somos
mitad humanos mitad fantasmas (el fantasma que poseyó un cuerpo de
un humano) y formamos parte de este mundo. Pero además de nosotros,
existen otros seres sobrenaturales, que viven en otro mundo, el mundo
bajo tierra. Pues parte de ese mundo, está en nuestro mundo, pero
sólo nosotros, los fantasmas y los seres sobrenaturales que vivimos
aquí podemos verlo.
-Pero ellos pertenecen a la
Tierra, porque si están en el subsuelo, sigue siendo el mismo
planeta.
-Bueno, eso no quiere decir que
sea el mismo mundo. A lo que iba, estábamos hablando de lo que
realmente pasó entre Paul y Jake. Cuando Mery, Stephie, Max, Jake,
Paul y yo supimos lo que somos, intentamos averiguar más sobre
nosotros, gracias al diario del protector, conocimos el mundo bajo
tierra y las criaturas sobrenaturales que habitan allí. Descubrimos
el modo de ir a su mundo y fuimos, ya que, en parte, formamos parte
de él. Lo visitamos y allí conocimos a Linsay. A ella la
convirtieron en vampiro no hace mucho, hará diez años, y cómo en
esa época era neófita, fuimos con ella a visitar el mundo bajo
tierra. Allí, nos llevó a una biblioteca, y sin que nadie se diera
cuenta, robé un libro. Se llama “La historia de los nenders”.
Cuando terminé de leerlo, conté todos mis conocimientos a los
demás, y el que más interesó a Jake y a Paul fue el macho nender.
-¿El macho nender?
-Bueno, como bien te dijo Paul,
cada nender está destinado a un lugar, y después de un tiempo, se
forma un grupo de nenders en ese lugar, y el macho nender es el jefe
del grupo. Jake y Paul se pelearon para serlo y Jake ganó,
expulsando a Paul del grupo.
-Vaya.... es demasiada información
que asimilar.
-Bueno, eres una de nosotros.
-¿Y Jake y Mery están saliendo
de verdad?
-Bueno.... eso sí. Pero dale una
oportunidad a Paul, o piénsatelo, es buen tío. Tenemos que ir ya a
vigilar.
Nos miramos una última vez y
salimos de nuestra habitación. Vigilando el pasillo veo a Mery y a
Stephie, que me dedican una disimulada sonrisa mientras Jenni y yo
subimos al tercer piso. Nos colocamos cada una a un lado de la
entrada al “instituto-colegio” y vigilamos.
Cuando creo que han pasado unas
dos horas, vemos llegar a “La Sidney” acompañada del chófer. Se
me tensan los músculos mientras la mujer nos coloca unas esposas a
cada una y le ordena al chófer:
-Bájalas al agujero negro.
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¡Hola mis estrellitas brillantes en el universo! Espero que os haya gustado este capítulo, porque a mí me hace meterme en la historia, y espero que también os haga sentir esa sensación y que me dejéis un bonito comentario :D. ¡Besoos!